LA RESACA DEL PODER

El Poder, con mayúscula, es espuma... Sus relatos también son espuma. Después de la batida espumosa, en una playa, queda la impronta que genera la resaca, que es la verdad de la espuma, lo que se oculta...

La impronta del poder es su relato oculto. Y eso es lo que aquí nos interesa.

miércoles, 16 de diciembre de 2015

CLAVES PARA VOTAR SUPERANDO LA MERCADOTECNIA ELECTORAL

Publicado en El Periódico de Aragón, sábado 12.12.2015



Inmersos hasta el tuétano en la campaña electoral más reñida de la historia de la democracia, todo sigue un vertiginoso ritmo, un crescendo desbocado hasta la catarsis del 20D. Los estrategas de la mercadotecnia electoral están haciendo su agosto en diciembre; aquí también el capitalismo consumista ha impuesto sus leyes y los candidatos quieren parecer ahora en pantalla atractivos, humanos, cercanos, honestos… Hasta aquí todo es compartido con las democracias de los países desarrollados, pero en España hay síntomas de que ese régimen no ha llegado a su madurez. En ninguna democracia avanzada podría permitirse que un candidato que ha cobrado sobresueldos, que ha jaleado vía SMS a un delincuente, que ha encabezado un partido donde ya ha sido acreditada por los jueces la existencia de una caja B (las otras sospechas mencionadas se acreditarán en breve); es una anomalía que un presidente apenas comparezca ante la prensa y, cuando lo hace, sea a través de un plasma; en ningún sistema democrático que se precie un partido sustentado en la corrupción sistémica encabezaría las encuestas, pues hubiera sido borrado del mapa por los ciudadanos. No nos engañemos, España no es una democracia madura; quedan muchos ecos del franquismo y el dato de que el granero electoral del partido que se resiste a romper con esa herencia autoritaria se encuentre en la población más añeja es muy revelador…
Sin duda, esa masa envejecida y mayoritariamente residente en zonas rurales o de pequeñas poblaciones, augura un futuro muy negro al PP. Las áreas más dinámicas y pobladas, las que marcan tendencia, están apostando por los partidos emergentes. Así pues, la herencia del franquismo –además de al PP muchos vicios de la “vieja política” también afectan al PSOE- tiene más bien los días contados, aunque eso no es vacuna segura contra la ultraderecha rampante en Europa… El mal muta, no desaparece, mantengámonos alerta. Reconocida nuestra anomalía democrática y augurado nuestro incierto futuro no franquista, vamos a lo que marca la agenda del país. ¿Qué nos jugamos en estas elecciones generales? Muchísimo; pues, tras la etapa más virulenta de la crisis, estamos en un momento vórtice. En un contexto globalizado esa encrucijada supera nuestras fronteras; estamos ya irremediablemente ligados primero a Europa, después al mundo. Por ello debemos votar pensando en clave global, algo que todos los partidos han parecido olvidar focalizándose en un quítame allá esas pajas patrias (el debate a cuatro lo escenificó).
Si convenimos que el capítulo más determinante es la economía, hay que mirar cuál ha sido el papel de los partidos en los foros europeos, pues desde allí se imponen nuestras políticas económicas y financieras. De esta manera encontramos un bloque que defiende la gobernanza neoliberal de la Comisión Europea y el BCE donde se alinean PP, Ciudadanos, PSOE, CIU, PNV… frente a una alternativa de izquierdas que alberga a Podemos, IU-UP y otros periféricos. Es la hora de decidir si apostamos por una Europa regida por los mercaderes y las multinacionales (el TTIP refrenda eso con alevosía y secretismo) o si enfilamos hacia una Europa social y solidaria, tal como defienden los partidos no alineados con la citada estrategia dominante. El imperio neoliberal, emblematizado en el IV Reich de Merkel, continuará con austeritarismo, recortes, reformas laborales, ayudas a los bancos y la barra libre del TTIP para las transnacionales; en definitiva, seguir menguando las rentas del trabajo para engordar las del capital. Esto es lo que de verdad nos jugamos el 20D. En el equipo merkeliano juegan las derechas y el PSOE social-liberal y, en el caso de ganar esos aplicados pupilos    que aceptan sus reglas de juego, la jefa garantiza crédito… Si se opta por la rebelión, el porvenir es incierto, pero es el único futuro de libertad y justicia. Una alianza meridional de Portugal, Grecia y España podría poner en jaque al EuroReich. Sin duda esta es la opción más patriótica, aunque no tenga nada que ver con el patrioterismo rojigualda del PP o Cs (Pedro Sánchez quiere competir a ver quién la tiene más grande, la bandera).

Ya en nuestro terreno nos jugamos un modelo de Estado que pueda solucionar las tensiones surgidas en Cataluña y agazapadas en Euskadi. O seguimos con el sistema asimétrico de autonomías o apostamos por un Estado Federal o Confederal donde tengan cabida otras identidades nacionales. PP y Cs refrendan el “café para todos” en una sola identidad, los socialistas apelan al bálsamo federal mientras Podemos e IU aceptarían un nuevo marco confederal asumiendo el derecho a decidir. La crisis catalana ha puesto de manifiesto lo inoperante de los equilibrios identitarios de la Transición en un Estado donde existen varias identidades. Si eso no se canaliza más allá del estrecho cauce constitucional actual será un continuo foco de tensiones… Hay otros aspectos muy relevantes que también nos jugamos el 20D y que exigirían reformas constitucionales. Empecemos por el blindaje de los derechos sociales con su exigible cumplimiento (ahora son papel mojado) y la lucha contra corrupción con una nueva ley de partidos que evite puertas giratorias, financiaciones ilegales, absentismo y falta de transparencia… asociada a una nueva ley electoral más proporcional. Sigamos por un ineludible pacto educativo, basado en la excelencia y no en la ideología, la apuesta por un modelo productivo que priorice I+D+I+I, energías alternativas, etc. desterrando el ladrillo y el capitalismo de amiguetes para dar paso a la excelencia y el emprendimiento. Ante estos cambios necesarios hay un partido renuente (el PP), otro confuso (PSOE) y los dos emergentes claramente proclives junto a IU-UP. Las cartas están sobre la mesa y sus bazas responden solo a esos ejes y disyuntivas. Lo demás son ceremonias de la confusión mediática.


martes, 8 de diciembre de 2015

LA CUESTIÓN RURAL



Ha llegado la hora de abordar la cuestión rural, que es también saldar una deuda con nuestros orígenes abandonados. Fuimos un país rural hasta que con el Plan de Estabilización (1959) el franquismo decidió desquitarse de la autarquía y desbocar el caballo desarrollista para beneficio de unos (los urbanitas Polos de Promoción y Desarrollo) y sacrificio de otros (los pueblos que cedieron con sus jóvenes su futuro). La industrialización galopante se hizo a costa de vaciar los recursos rurales, humanos sobre todo, llegándose a construir un imaginario peyorativo -el paleto, el pueblerino- que alcanza hasta hoy. El régimen del 78 no estuvo a la altura, continuando esas políticas y agrandando la brecha entre el campo y la ciudad.

Hoy el Mundo Rural agoniza, la despoblación y el envejecimiento son los síntomas más acuciantes, en su costado más vulnerable, la España Rural Interior, aunque esto es extensible en nuestro país a casi todo el medio rural. Las tierras donde se ubicaba la antigua Celtiberia tienen, de hecho, menos densidad demográfica que Laponia: 7 habitantes por km2. No es una situación inexorable, es reversible si actuamos con urgencia: el problema tiene origen sociopolítico y también política es la solución. Estamos todavía a punto de cambiar esa inercia, si bien necesitamos toda la voluntad política y todos los instrumentos para conseguirlo. Disponemos ya de un magnífico marco jurídico aprobado y no aplicado (la Ley 45/2007, de 13 de diciembre, para el Desarrollo Sostenible del Medio Rural, complementada con el Real Decreto 752/2010, de 4 de junio). Allí está el diagnóstico, allí se apela a atajar estos males desde las comarcas, un marco territorial mucho más próximo y natural que evita los neocentralismos provinciales y autonómicos; desde esa proximidad se pueden acometer con éxito las urgentes y necesarias medidas que la citada ley sugiere y que están siendo completadas desde muchos foros ciudadanos concienciados del medio rural.

El mundo rural ha cambiado mucho desde el arquetipo desarrollista de Paco Martínez Soria. El sector agropecuario sigue teniendo peso económico, pero sus habitantes desempeñan ocupaciones transversales en varios sectores; es un ámbito heterogéneo, holístico, rico y todavía con gente joven que apuesta por buscar aquí un sustento y una calidad de vida que el Estado se resiste a otorgarles (pagan los mismos impuestos pero no gozan del mismo nivel de servicios). Allí está la despensa y el pulmón del país, las reservas hídricas y el ocio vacacional de muchos urbanitas, pero los transportes pasan a velocidad del AVE y las líneas de Alta Tensión a la de la luz sin dejar un euro compensatorio, los ambulatorios escasean y las ambulancias llegan tarde, como los escolares que tienen que hacer kilometradas para cumplir con su derecho a la educación. Sobre el olvido de nuestras administraciones se superponen los desaguisados y amenazas del imperio neoliberal europeo y mundial. La Política Agraria Comunitaria ha propiciado, sobre todo en la España Rural Interior, un neocaciquismo de grandes propietarios que acaparan tierra en vacíos poblacionales, por no hablar de las amenazas de los voraces procesos de globalización que incrementaría un apocalíptico TTIP en este ámbito: transgénicos, fracking, explotación de las hidroeléctricas, bancos de tierras para las multinacionales, etc.

La solución pasa sobre el papel por una confluencia de acciones de gobierno con el empoderamiento de la ciudadanía rural. Esa acción conjunta y solidaria blindaría la soberanía del mundo rural frente a intereses espurios, nacionales e internacionales. Por eso es tan importante la batalla de la soberanía alimentaria, auténtica barricada frente a las apetencias de las transnacionales de la alimentación, por eso hay que apostar por la agricultura y ganadería ecológicas o los productos de proximidad, por eso hay que salvaguardar todos los ayuntamientos, por pequeños que sean, y fomentar los concejos libres. Sobre esa base democrática se edificará un nuevo mundo rural más libre y avanzado. Pero eso es la teoría, porque al día de hoy los partidos políticos del régimen ya han demostrado su ignorancia, desprecio u olvido (el PSOE aprobó la oportunísima ley del 2007 para luego meterla en un cajón), Ciudadanos, haciendo honor a su nombre, apenas se preocupa del medio rural y, cuando lo hace, es para destrozarlo aún más con propuestas como la supresión de los pequeños municipios. Todos ellos, con distintos matices, se sitúan en una lógica neoliberal que ha hundido al campo y a los pueblos y lo seguirá haciendo. IU no sobrevuela las buenas intenciones, solamente Podemos ha colocado la cuestión rural en el centro del tablero, reconociendo la situación agónica, rescatando la citada ley del 2007, asumiendo sus medidas corregidas y aumentadas. Todas estas iniciativas de rescate rural se plantean a través de activos círculos rurales -el 14N se reúnen en Molina de Aragón, posiblemente la comarca más despoblada de Europa, en unas jornadas que cerrarán Errejón y Echenique- y del Consejo Rural Estatal, compuesto por representantes autonómicos y miembros de los círculos sectoriales.

Ahora tenemos la ventaja de que los problemas están sobre el tapete; hay estudios e iniciativas ciudadanas que han elaborado muchas medidas concretas y cuantificadas para solventar la problemática rural, incluso se han hecho estimaciones presupuestarias de cuánto costaría aplicar las medidas de la citada ley del 2007 y el R.D. que la desarrolla; es bastante menos de lo que les hemos prestado a los bancos a fondo perdido. Es cuestión de apostar ahora por los ciudadanos de un mundo rural en los estertores. Si, como auguran las encuestas, las fuerzas del cambio altersistémico quedan relegadas, la negra nube del olvido volverá a cubrir nuestros campos y los buitres sin alma de la globalización afilarán los dientes… Entonces habrá que volver a las trincheras con el consuelo de que, al menos ahora, los diagnósticos y las soluciones ya están en el aire.



jueves, 24 de septiembre de 2015

ESPEJISMOS EN EL RUEDO IBÉRICO



El Ruedo Ibérico ya no nos devuelve la imagen deformada del esperpento, el Ruedo Ibérico es un megaespejismo o una sucesión de espejismos. Dicho fenómeno se produce en el desierto, por lo que habrá que colegir que habitamos un Sahara, al menos en el mundo de las ideas; y lo preocupante es que muchos no son conscientes del efecto espejismo. Ha empezado la campaña política más reñida y determinante de la democracia dando paso a una feria de espejismos a saldo. Tancredo Rajoy se presenta como la figura imprescindible para mantener la patria constitucional una, grande, libre y recuperada económicamente. Más allá de su Finisterre está el llanto y quebrar de dientes: la inestabilidad económica, política y territorial, los derrochadores socialistas, los bisoños naranjitos y los antisistema que nos sacarán del euro. Juzguen ustedes si esta visión mesiánica propulsada desde la calle Génova y repicada en la mayoría mediática es o no espejismo. A tenor de las encuestas, la mayoría o no lo cree o no lo quiere creer; que el miedo convierte esas fantasmagorías en realidad dentro de las urnas.

El PSOE se presenta como la izquierda posible y necesaria, como la alternativa a los recortes económicos y de derechos ciudadanos. Todo ello sin cambiar el marco de un régimen gripado, bueno con algunos retoques. ¿Espejismo? Cuando Pdr Schz se mira en el espejo el reflejo es también un apócope, de la socialdemocracia en ese caso. Como la mayoría de los socios europeos -a excepción de Corbyn ¿el breve?- está atrapado en la contradicción. Critican los efectos del capitalismo neoliberal aquí pero lo defienden en Bruselas (apoyan a Junker y al TTIP) y en la praxis económica (Ibex 35 los quiere). Son socialdemócratas en campaña y socialiberales en gobernanza. Más claros en este capítulo económico son los neoliberales de C’s, que se presentan con esa genuina marca respecto al oligárquico e incompetente “capitalismo de amiguetes” del PP contraponiendo una cara reformista, moderna y participativa. ¿Espejismo? En la práctica política estos “reformistas” apoyan en ayuntamientos y autonomías a esa rancia derecha, como apuntalan así mismo el régimen de la Transición, si bien con algún lavado de cara que lo adecente para el siglo XXI. En esa misma deriva, más jacobinos si cabe que los naranjitos, boga la nave casi hundida de UPyD.

Sí quieren cambiar el régimen, a través de un proceso constituyente, IU y Podemos. IU se manifiesta como la izquierda altersistémica, con un líder joven y preparado que apuesta por la “unidad popular” para derribar el orden neoliberal encarnado en el bipartidismo. ¿Espejismo? Espejito, espejito, que me quede como estoy, que no se vean mis vergüenzas del pasado, los viejos cuadros y su inercia de “vieja política”, la amenaza de la inanidad demoscópica, el fantasma del comunismo trasnochado… Podemos se propone asaltar los cielos de la verdadera democracia social, empoderar a los de abajo frente la casta (superando el tradicional eje derecha-izquierda), la recuperación de derechos políticos y sociales (rescate ciudadano), la extirpación del cáncer de la corrupción, la democracia directa participativa de la era digital... El espejo terrenal devuelve que este huracán nacido del 15-M puso patas arriba el diagnóstico amuermado de la vieja política contraponiendo un mapeo más ajustado a los desastres de la peristente crisis. Este certero análisis obligó a mover ficha a todos. Sobre todo al establishment que cargó contra los insurrectos en el circo mediático arrinconándolos hacia la periferia del populismo, radicalismo bolivariano y equiparando sus corruptelas veniales con las mortales de la Casta bipartita. Alarmado por el avance demoscópico del virus, el Ibex 35 activó un antídoto reformista de derechas liderado por un atractivo catalán muy español. Estas medidas frenaron “la epidemia”, aunque también el aterrizaje político que sacrificó el sueño asambleario por un equipo dirigente cohesionado y, sobre todo, el fiasco griego que evidenció los límites de la rebelión democrática ante el EuroReich. ¿Será posible conquistar el centro del tablero, la mayoría social o es un espejismo errejoniano?

España es un espejismo de otro más vasto llamado Europa, reflejo cada vez más esperpéntico del orden neoliberal pastoreado por Alemania. Antes nos quedaba Europa como ilusionante espejo de nuestros duelos y quebrantos, ahora su reflejo los incrementa. Más allá de los Pirineos hay un abismo de mercados, austeritarismo y fascismos emergentes, con algunas luces amagando tímidas rebeliones ciudadanas. Lo lidera un espejismo de “mamá acogerrefugiados” que oculta la káiser que antepone en su eurozona finanzas a democracia y derechos humanos. También tras los Pirineos la única realidad es que bancos, oligopolios y grandes empresas ganan y los demás pierden. Es real que somos el segundo país más desigual de Europa; es real que las eléctricas, los operadores telefónicos y las petroleras nos chupan la nómina. Es real que un partido llamado popular –¡luego hablan de populismos!- gobierna para esos vampiros potentados. Es verdad que somos más pobres, menos democráticos (gracias a las contrarreformas “reformistas”) y menos soberanos (a Merkel gracias). Antes de los turrones podemos elegir entre cambiar el reflejo de una realidad deforme o seguir los espejismos hasta el Abismo.



viernes, 3 de julio de 2015

ESTAMOS EN GUERRA (VIRTUAL)


En su último largometraje Scorsese resume muy bien el espíritu del capitalismo financiero contemporáneo. A diferencia de los habituales gángsteres del director italoamericano, el megabroker protagonista de El lobo de Wall Street (2013) no derrama ni una gota de sangre, pero le jode la vida a miles de personas. Así de cruel es el sistema que nos gobierna económica y, no nos engañemos, políticamente. La interminable tragedia griega está poniendo de manifiesto hasta qué punto estos amos del mundo se saltan la democracia cuando el pueblo, harto y esquilmado, se pronuncia en contra de sus intereses. Como el depredador bursátil interpretado por Di Caprio, la troika, siempre con la complicidad del imperio americano, ejerce una violencia sistémica que afecta sobre todo a los más débiles; las élites depredadoras son responsables del desmontaje del estado de bienestar, del empobrecimiento de la clase media y de la precarización galopante. Grecia es la primera batalla europea, pero este IV Reich fundamentado en el euro y el orden neoliberal necesita nuevos sacrificios para alimentar la insaciable codicia de los bancos y fondos de inversión que lo sustentan. Ellos y sus terminales mediáticas se empeñan en asegurarnos que no hay otra salida, que más allá de su statu quo está el caos y los dragones. El miedo suele traerles réditos, por eso están haciendo un espectáculo de la prollongada y programada ejecución sumaria del país heleno. Creemos que vivimos en el mejor de los mundos en esta pax americana globalizada y posmoderna, pero en verdad estamos regidos por una tremenda violencia: algo hemos ganado, hemos pasado de lo real a la era virtual, de la sangre a bobotones a la pixelada. Por desgracia este ultraviolento videojuego de comienzos del XXI se parece bastante a los prolegómenos de la Segunda Guerra Mundial, cuando la avaricia de los imperialismos revestida de hipertrofiada ideología llevó al mundo a la catástrofe. Entonces perdieron los derechos humanos, la democracia y Europa, los mismos actores que ahora están siendo sacrificados, sin hemoglobina, en el altar de la ortodoxia económica, por mucho que se presente desde la virtualidad televisiva.

En España la violencia larvada también se ha desatado desde que el 13 de junio se escenificara en las grandes ciudades –las que marcan el norte sociológico- la posibilidad de que la indignada ciudadanía haga valer su poder democrático a través de plataformas sociales y partidos de izquierda altersistémica. Su primera víctima no esperó ni 48 horas: Guillermo Zapata, el concejal del Ayuntamiento de Madrid más efímero que se recuerde. Este temprano descabezamiento, al que siguieron las exigencias de otros desde la crecida caverna, supone el primer disparo certero de una ofensiva artillera desde las profusas y potentes baterías mediáticas de la derecha. Ha estallado la guerra -virtual, no se asusten- entre las dos Españas, la que defiende a toda costa los privilegios del establishment (muchos por ignorancia o estulticia) y la que quiere dejar de ser vasalla de políticas neoliberales, capitalismo de amiguetes, mamandurrias, corrupción insitucionalizada y toda esa madeja de escoria en la que se ha enmarañado el Régimen del 78. Como pasó en 1936 este es un prólogo de esa otra guerra a escala europea y mundial que venimos comentando. Las guerras se desarrollan ahora en el terreno virtual/mediático, aunque la violencia y la vesania parezcan muy reales. La hidra de tres cabezas (el conglomerado financiero-político-mediático) que domina la geografía ibérica, en connivencia con la Troika, ha olido a Apocalipsis y vomita fuego descalificador por sus fauces. El paralelismo con el intento de cambio que se emprendió con la II República es innegable, si bien ahora, insisto, jugamos en el ciberespacio, con víctimas que son sacrificadas en el orden simbólico. Bienvenidos a esta nueva entrega entre Juego de tronos -dragones incluidos-  Walking deads y el maquiavelismo de House of cards. Más allá de la inoportunidad de unos viejos tuits sacados de contexto o de un plante ante “el sentido común económico”, la cobrada cabeza de Zapata y la tambaleante de Tsipras pretenden marcar el territorio por parte de los verdaderos mandarines; es un aviso a los gobiernos recién llegados para que no traspasen las líneas rojas de sus sagrados intereses si no quieren ser arrasados por el fuego del fin del mundo.


Juegan con todas sus cartas marcadas, mienten con aplomado cinismo. Sacan a relucir la ética o el espantajo de la estabilidad económica… Tanto da; lo importante es mantener el injusto sistema que les ampara, defender los intereses económicos de sus patrones. ¿Qué autoridad moral tienen los que no han condenado el holocausto del franquismo, los que sistemáticamente se ríen de esas víctimas y del dolor de sus descendientes en tuits, tertulias y blogs?, ¿qué imperativo ético pueden exhibir quienes proclaman en sede parlamentaria “que se jodan los parados”, quienes hacen gala de sus actitudes machistas, xenófobas y homófobas?, ¿qué referente puede ser un presidente que sigue ahí tras conocerse sus SMS de apoyo a un delincuente financiero? ¿Qué autoridad tiene un Junker que propició un paraíso fiscal cuando presidía su país o esta Alemania del austericidio a la que se le perdonó su deuda para llegar hasta su actual cima? Asistimos a una opereta centroeuropea donde los valores –la democracia, la dignidad, los derechos humanos- ya no pintan nada, solo los intereses de los eurocomerciantes que la protagonizan. Alemania vuelve a liderar esta ofensiva contra la democracia, contra la Europa de Jean Monnet, ahora sin panzerdivisionen, porque los métodos han cambiado en un mundo políticamente correcto. Le siguen los países ricos del norte y centro del Viejo Continente, que han asimilado –gobiernen conservadores o socialdemócratas- la doctrina neoliberal frente a la Europa política y social. La única salida digna es la rebelión, que solo puede concretarse en el humillado Sur y, tras la batalla de Grecia, España podría ser la tumba de este nuevo “fascismo de ropaje neoliberal”.



viernes, 22 de mayo de 2015

LA SANTÍSIMA TRINIDAD ARAGONESA


Este artículo no pudo ser publicado en El Periódico de Aragón, a cuya sección de opinión fue enviado poco antes de las elecciones Municipales y Autonómicas del 24 de mayo de 2015. 
¿Es un dardo al corazón del sistema que impera en Aragón y es extrapolable a otros sitios? Parece que dio en la diana...




Tres eran tres las hijas de Eva, trío los mosqueteros, la triada capitolina y la Santísima Trinidad. También existe en Aragón un misterio trino muy consolidado que, además, conforma una unidad consustancial. Es quien aquí ostenta el poder en su trinitaria advocación: Ibercaja, el grupo Heraldo y el Gobierno de Aragón. Nos encontramos ante un Padre -quien maneja los fondos-, un hijo fiel (los sucesivos gobiernos) y un Espíritu que difunde el mensaje; no es algo exclusivo del Viejo Reino, sino más bien recurrente en las dinámicas provincianas ibéricas que replican esa triple convergencia del poder financiero, mediático y ejecutivo. Es una de las señas de identidad del Régimen del 78 o, mejor dicho, de su perversión a todas las escalas. Ante nuestra excelsa Trinidad cuatribarrada acuden grupos de intereses que aspiran a alimentarse de ubre tan feraz; preferentemente los dos partidos sustentantes del régimen y esa Cosa Nostra con cachirulo, bisagra necesaria para nutrir sus voraces clientelas rurales (“Todo por Aragón”). Finalmente, agazapada, como ensayó en las turbias cañerías del franquismo, opera esa “Obra de Dios” que fertiliza nuestra principal caja, nuestra plataforma mediática y, a veces como ahora, nuestro ejecutivo. Este “contubernio catolicomasónico” ha enraizado más allá de las siglas que aúpen al gobierno de turno, aspirando a ser algo tan consustancial a Aragón como la Pilarica o el Real Zaragoza.


Es nuestra Santísima Trinidad como el padrino de Coppola, quien le rinde pleitesía recibe favores, quien osa contradecirle se atendrá a las consecuencias... No es para menos; la mayoría del telar productivo y financiero de la región está en sus manos, como el deporte, la información y la cultura... De esas tres patas del trípode aragonés, la más vulnerable es la que parece que eligen los ciudadanos, por estar sujeta a las veleidades de la democracia, aunque las otras dos han venido velando porque los ejecutivos resultantes discurran por el recto camino; y así ha sido casi siempre, pues cuando algún Presidente aragonés se ha atrevido a contradecir esos designios -caso de D. José Marco, que aspiraba a su propia mafia- el osado infractor ha sido destronado. Todo por Aragón. Hasta ahora, en el bipartidismo imperfecto completado por el PAR (otra Trinidad), todo ha sido así... ¿Cambiarán las cosas con el anunciado fin del bipartidismo? Es obvio que Ciudadanos no ha venido a mudar la correlación de fuerzas dominantes, sino a suplir caras gastadas del régimen. ¿Y Podemos? En su extenso programa no hay alusiones, ni siquiera implícitas, a esta Trinidad, lo cual no es extraño, por aquella premonición del poeta Percy B. Shelley (“no despertéis a la serpiente”), aunque aquí más bien estamos ante un dragón tricéfalo. En la posición que Echenique y los suyos mantengan ante el chantaje trinitario se demostrará la verdadera medida del cambio que predican; sus planes de “rescate ciudadano” y su intención de “gobernar para la gente” se quedarán en papel mojado si, cual heroico San Jorge, no logran neutralizar las dos cabezas principales del dragón. De momento esas dos testas miran con recelo a estos intrusos, aunque está bien acreditada su habilidad para travestirse o mudar su piel para salvaguardar sus intereses y la “obra de Dios”.



En la agitada campaña electoral que nos envuelve no se habla de este asunto; nada extraño, porque casi nadie aborda las problemáticas que realmente afectan a municipios o autonomías, pensando como están todos en los verdaderos intereses: mantener la poltrona o conseguir una. El verdadero cambio pasa por maniatar al Dragón Trinitario en calidad de cancerbero de un sistema de oligopolio clientelar que estrangula sistemáticamente las iniciativas privadas fuera de su alcance; el capitalismo ibérico nunca ha sido liberal, el aragonés menos: solo hace falta enhebrar aquí las conexiones del tejido productivo y financiero... Una verdadera apuesta por la libre competencia en todos los ámbitos, el auténtico emprendimiento, el relanzamiento de la investigación, la educación y la cultura arriesgada pasa por romper la maraña de intereses clientelares de esta red trinitaria. Pero para domeñar al monstruo tricéfalo es necesario empezar por la única cabeza en la que podemos influir los ciudadanos: la del ejecutivo. La triada partitaria gobernante en Aragón desde la Transición se ha ido poniendo al servicio de las otras dos testas mandantes, y no es previsible que haga lo contrario ahora. La posibilidad de un cambio vendría de la izquierda transformadora (Podemos, IU, CHA), pero es una incógnita hasta qué punto su fuerza parlamentaria va a ser suficiente para iniciar esa transformación. Es más, habida cuenta del enigmático silencio sobre este tema, cabría preguntarse: ¿realmente quieren cambiar ese statu quo? Es muy cómodo estar bajo ese triple manto protector y pedir al padrino favores que te concederá “si te portas bien”, pero una sociedad europea del siglo XXI reclama estructuras que vayan más allá de lo que Joaquín Costa, tan aclamado por la retórica trinitaria, definiera con claridad: oligarquía y caciquismo. Ese modus operandi de la decimonónica Restauración impera en su réplica borbónica de la Transición, mucho más en su versión aragonesa. Poco tiene que ver con lo que propugnara el principal pensador de la Iglesia, Santo Tomás de Aquino, que puso el “bien común” como principal objetivo de la acción política. Nuestra Trinidad privilegia el bien de unos pocos comunes que más bien pintan de lores. Y eso más que obra de Dios parece del diablo que, según el Papa Francisco, es el Capitalismo sin alma.

jueves, 16 de abril de 2015

LOS GATOPARDOS

                                    Il Gatopardo (Luchino Visconti, 1963)

Algo está mutando en las Españas. Los síntomas son recurrentes: desafección a los políticos al tiempo que se activa el interés por la Política, crisis del bipartidismo, el régimen de la Transición cuarteándose, desconfianza hacia un sistema económico y financiero al servicio de una plutocracia, hartazgo de corrupción y demanda de transparencia y democracia participativa… El 15M fue el catalizador de ese malestar larvado desde la crisis de 2008 que alcanzó su clímax con la “bajada de pantalones” de ZP, momento en el que visualizamos quiénes mandaban realmente. Gran parte del electorado progresista se inhibió y llegó la mayoría absoluta de Rajoy. Muchos en las clases medias le votaron pensando en que gobernaría para ellos, pero se ha puesto de manifiesto que el PP es una maquinaria populista al servicio de las oligarquías de siempre. Estos, los miedosos (¡qué vienen los bolivarianos!), fundamentalistas o patriotas irredentos y tontos que tragan sus falacias conforman una masa que puede quedarse en un 25 % de apoyo a una gaviota corrupta que vuela hacia abajo. Y en esto irrumpió Podemos poniendo en el centro del tablero un diagnóstico que una buena parte de la ciudadanía compartía: el sistema está gripado y corrompido. Los partidos del régimen movieron ficha con operaciones de lifting (Pedro Sánchez) o maniobras entre la ocultación y el despiste (Génova), Izquierda Unida sería víctima de sus propias contradicciones azuzadas por el vendaval Pablo Iglesias. El Ibex 35 estaba muy preocupado y puso todas sus baterías mediáticas (los bancos son mayoritariamente propietarios de los medios) hasta que Ciudadanos surgió en el horizonte como una solución deseada… La mutación de mentalidades en la ciudadanía española es un hecho contrastado y avanza sin pausa. Para explicarlo recurriremos al concepto de “meme”, cuyo origen proviene de la biología de los setenta –los entes replicadores de Dawkins- pero que William Durham en 1991 lo proyectó hacia el ecosistema social: el elemento incorpóreo que hace posible la replicación en cultura a través del lenguaje. Hoy día la mayoría de los antropólogos defiende que la cultura consiste exclusivamente en entidades mentales compartidas y transmitidas socialmente. Pues bien, los memes dominantes hasta hace poco en nuestra “ideosfera”, inoculados por el neoliberalismo, han quebrado; ahora sabemos que tras la apariencia lustrosa de vocablos como libre mercado, emprendimiento, desregulación… hay una voluntad de trasvasar fondos de los trabajadores y PYMES al capital globalizado. La estrategia del neoliberalismo, propulsada por Reagan y Thatcher y reactivada por la caída del Telón de acero, ha sido desenmascarada y la conciencia de este fraude se ha ido extendiendo entre buena parte del tejido social. Aquí el grosero modus operandi del gobierno de Rajoy ha contribuido todavía más a ese desencanto. Eso explica el resurgimiento de los movimientos sociales (las mareas), de la concienciación política y de su plasmación orgánica en los nuevos partidos. Los memes en alza, que Podemos fue pionero en catalizar, son la solidaridad, la participación, la igualdad, la honestidad, la fraternidad… Su expansión fue tal que los partidos tradicionales tuvieron que resetearse y hasta los medios de comunicación, controlados por los poderes financieros, no pudieron impedir que la ola renovadora se colara por sus entresijos. Es más, han intentado domesticarla convirtiéndola en espectáculo con debates políticos acaparando el prime time sabatino en las principales televisiones (no en una TVE de usos neofranquistas). La otra maniobra del establishment para reconducir este giro mental de la gente ha sido Ciudadanos. Este partido, que se presenta como nuevo tras acreditar en Cataluña una trayectoria de nueve años de corte claramente neoliberal, está sabiendo apropiarse de esos memes de renovación. Ha copiado parte de la estrategia de Podemos –indefinición ideológica, aire de modernidad, uso de la cultura digital- pero con la ventaja de que está siendo alentado por la mayoría de los medios de comunicación, que en este caso no le recriminan su ambigüedad, su falta de programa, su bisoñez política o sus fuentes de financiación. Ante la inexorable decadencia de la “vieja derecha” del PP, los poderes dominantes necesitan un recambio que sintonice con esas nuevas derivas de la mentalidad ciudadana. El partido de Albert Rivera será presentado como el reformismo necesario, el “cambio sensato”, al que también quiere apuntarse el PSOE, frente a los radicalismos, rupturas y populismos (¿hay mayor populismo que el del PP o Susana Díaz?). Ojo, porque este nuevo meme del “cambio sensato” –nada que ver con el trasnochado discurso del “sentido común” de un Rajoy sin credibilidad- parece estar ganando puntos a favor de Ciudadanos y PSOE en detrimento de Podemos… La Historia reciente demuestra la proverbial capacidad de los poderes dominantes para reconducir los verdaderos impulsos transformadores: Grecia es el postrer aviso; la última oleada revolucionaria (1968-1975) acabó desactivada -Mayo del 68, la Revolución de los Claveles, el sindicalismo británico, la UP chilena- mientras aquí se alumbraba el apaño de la Transición. Las fuerzas sociopolíticas que quieren ir más allá de la Transición han sabido subirse a la ola indignada de los memes renovadores, pero el sistema ya parece haber desarrollado sus propios anticuerpos. La ceremonia de la confusión está en marcha y cuenta con potentes nódulos mediáticos para expandir sus mensajes de mutación controlada. ¿Asistiremos a otro Gatopardo? 




jueves, 15 de enero de 2015

ALDEA GALA CONTRA LA CASTA



En el corazón de la Galia hispana (Celtiberia), una aldea de 350 habitantes unidos se ha rebelado. El motivo: la iglesia del convento de Gotor (ss. XVI-XVII) se está cayendo.  No es un episodio aislado, es la prueba del olvido y abandono de las instituciones respecto a estos confines del Sistema Ibérico. Sus habitantes resisten frente a la despoblación y el envejecimiento imparables defendiendo con uñas y dientes lo poco que les queda: el patrimonio cultural y natural. Sus quejas están avaladas por la estadística; el proyecto Serranía Celtibérica, realizado por investigadores de la Universidad de Zaragoza, diagnostica que el territorio de la antigua Celtiberia es el más despoblado de Europa, menos de 7 habitantes por km2, ¡menos que Laponia!

 Una de las consecuencias que ha deparado la revolución silenciosa que inoculó el 15-M es la activación de una ciudadanía aletargada por la dormidera pactista de la Transición. Muchos políticos saludan ahora con la boca pequeña esta resurrección, pero en realidad la temen, sobre todo cuando les afecta directamente: que se lo pregunten al progre y ejemplar Monago ahora encausado por malversación. También se lo debiera preguntar a sí mismo el Director General de Patrimonio Cultural del Gobierno de Aragón, que aparece en Wikipedia como el consejero que logró en 1999 la declaración del mudéjar aragonés como Patrimonio de la Humanidad. Pues bien, una joyita de ese arte exclusivamente hispánico no llegará al verano por su inacción administrativa, pues duerme en el palacio Pignatelli un plan para practicar una cubierta de urgencia que no se ha llevado a cabo y que, tras este revuelo mediático, se han apresurado a rescatar (veremos si lo ejecutan o es una simple maniobra disuasoria). El proceder indolente de Javier Callizo no es una excepción, es un paradigma de la casta de políticos que nos desgobierna. Tras aparcar su carrera universitaria, lleva más de un cuarto de siglo encadenando cargos en el seno de un partido que solo tiene sentido para mantenerse en el poder con tirios y troyanos; así alimentan a su vasta red clientelar comarcal presentándose de cara a la galería como los valedores y defensores de Aragón. En definitiva, un ejemplo palmario de la casta con cachirulo.

Lo único que les interesa a estos señores con coche oficial es mantenerse y sostener a sus paniaguados; para ello envían a las comarcas a sus legados que controlan alcaldes, agentes de desarrollo rural y otros cargos comarcales y locales que aseguran votos y prebendas para los partidos del régimen. Los problemas reales de la ciudadanía son para ellos secundarios, por mucho que queden enmascarados por la propaganda oficial amplificada por los medios cipayos (casi todos). La única manera de romper esta cancerígena inercia, en espera de unas elecciones que se presumen catárticas, es la movilización ciudadana. Gotor es un ejemplo esperanzador protagonizado por una población consciente y encabezada por un alcalde que antepone los intereses del pueblo al juego de tronos. Estos galos/celtíberos airados están dispuestos a todo, incluso a recurrir al crowdfunding para salvar un templo de rodeno que se ha convertido en símbolo de su dignidad colectiva Y seguro que lo consiguen, o al menos harán salir de sus confortables madrigueras a los hurones que nos gobiernan en todas las escalas. Fuenteovejuna: esta es la salida más eficiente y digna para la Laponia europea, olvidada, marginada, sacrificada y ninguneada por todas las administraciones desde un desarrollismo que para ella fue sentencia de muerte. La era digital, la inteligencia colectiva en red y las redes sociales son armas muy potentes; ellas pueden ayudar a superar los hándicaps de la dispersión/exclusión territorial y fomentar comunidades virtuales en pos de objetivos tan necesarios como urgentes. Con más galos rebelados y más decididos Abraracúrcix la Celtiberia no estaría abocada, como ahora, a la catalepsia; y eso vale para toda España Rural Interior, vastísimo territorio del que los diferentes poderes solo se acuerdan cuando hay elecciones o truena. La nueva España que está alumbrándose tendrá que sustentarse también en la solidaridad hacia esta ultraperiferia interior, canalizando inversiones, promoviendo de manera sostenible su riqueza potencial, especialmente su patrimonio cultural y natural. Gotor y la Comarca del Aranda fueron prósperos en el pasado, gracias a la laboriosidad de sus habitantes celtíberos o mudéjares; el Convento gotorino de la Consolación llegó a tener centenas de monjes e incluso funcionó como universidad. La decadencia fue consecuencia del vampirismo del régimen señorial, que ahora tiene su continuación en los nuevos draculines que succionan a los que en realidad sustentan sus privilegios. Hay que invertir esa tendencia y solo esa ciudadanía movilizada lo podrá conseguir. No podemos confiar en las promesas y palabrería en las que se cubrirán los políticos para calmar aguas revueltas, como ahora las de Gotor. Es necesario exigirles actuaciones concretas, que noten el aliento de la gente demandando responsabilidades. Necesitamos Astérix anónimos que reescriban la historia, nuestra frustrada historia de los últimos tiempos: Toda la Celtiberia estaba bajo el yugo de los romanos, pero había una aldea que resistía y allí empezó la rebelión que cambió el mapa del Imperio…”